
Resultaba curioso como cuando la
palabra culpabilidad aparecía en mi comunicación, algo dentro de mí cambiaba.
Podía estar en un estado positivo que en el momento que la pronunciaba, todo
cambiaba.
Mi pensamiento se volvía oscuro, mis
emociones eran negativas y sentía como si me hubiesen llenado la mochila con
piedras.
Gracias a la PNL y a mi formadora
descubrí que podía vivir sin usar esa palabra y el mundo seguía funcionando.
No solo eso, sino que funcionaba mejor si no la
pronunciaba. De hecho aprendí a sustituirla por otra que me resultaba mucho mas
amable: responsabilidad. Especialmente cuando aprendí una forma de
entender la palabra responsabilidad desde la perspectiva de la etimologia: habilidad para responder.
Lo cierto es que en coaching es
habitual encontrarme con que las personas usan en exceso la palabra
culpabilidad para describir algunos de sus estados de ánimo negativos. Y más
curioso resultar ver como su estado físico cambia cada vez que la pronuncian.
De hecho, una de las cuestiones que
primero les planteo es cambiar “culpabilidad” por “responsabilidad”.
La primera vez que se lo plantee a
una de las personas con las que estaba trabajando en un proceso de coaching me
sorprendió su respuesta: “Por fin”, me dijo.
Por fin había conseguido liberarse de
esa carga que le suponía pronunciar la palabra culpabilidad. Por fin había
encontrado una forma más acertada de expresar sus pensamientos sin que al
hacerlo le supusiese un pellizco en el estómago.
¿Por qué este cambio tan importante de
algo tan sencillo como es usar una palabra en vez de otra?
Fundamentalmente porque algunas
palabras están llenas de connotaciones negativas que el lenguaje ha ido
incorporando y las personas las hemos integrado a nivel inconsciente como algo
habitual.
No nos planteamos lo que significa la
palabra en si sino lo que representa para nosotros. Y son justamente esas
representaciones de las palabras lo que hacen que algunas vengan cargadas de
connotaciones poco deseables.
¿Se puede cambiar el significado de las
palabras?
Podemos cambiar lo que representan
para nosotros.
Algunas pautas útiles para ello:
·
Analiza qué representa esa palabra en
concreto para tí. ¿Es posible que difiera de lo que significa para los demás?.
·
Explora qué emociones están asociadas
a esa palabra. ¿Son positivas, negativas?
·
Investiga si podrías cambiarla por
otra que implique lo misno y qué efecto tiene el cambio
Las
palabras no dejan de ser representaciones de nuestra realidad y podemos cambiar
nuestra realidad cambiando nuestras palabras.
¿Te
atreves? yo ya lo he hecho