
Estoy de acuerdo.
Toma este momento y preguntate a ti mismo: ¿Qué tan feliz es mi organización?
Teniendo en cuenta esta pregunta, vamos a considerar que los empleados felices y comprometidos son buenos para su organización. Las investigaciones muestran que tienen mejor salud, son más creativos, producen mejores resultados, y están dispuestos a ir la milla extra. Lo que es más, la felicidad es contagiosa, crea un ciclo virtuoso que conduce a un mayor compromiso.
¿Cómo pueden los líderes crear organizaciones más felices?
Los líderes de negocios pueden hacerse algunas preguntas importantes acerca de sus organizaciones:
- ¿Mis empleados disfrutan de sus relaciones y su medio ambiente en el trabajo?
- ¿Se ríen?
- Esta mi gente en los puestos correctos – los que se adapten a sus habilidades y ofrecen reto apropiado?
- ¿Se llega a utilizar su potencial?
- ¿Se entiende el propósito de la organización?
- ¿Sienten que son parte de algo importante?
Todos queremos vivir una vida feliz. Sin embargo, en nuestra búsqueda de “progreso” hemos estado siguiendo prioridades que ponen en riesgo nuestra felicidad – no sólo para nosotros como individuos, sino para la sociedad en su conjunto. Nuestro objetivo colectivo debe ser una sociedad con la mayor felicidad posible y el bienestar humano – con políticas, instituciones y actitudes sociales que ayudan a las personas a vivir una vida próspera.
En combinación con estas preguntas, les recomiendo que lean el Manifiesto para un mundo más feliz, con sugerencias para un mundo más feliz!