La habilidad para encontrar ideas
originales y valiosas potencia los recursos de cualquier pyme. Nuevos
productos, nuevas formas de trabajar, nuevas formas de encontrar clientes son
imprescindibles para que los esfuerzos logren resultados cada vez mejores.
Mientras que en algunas grandes empresas el pensar diferente puede ser una
debilidad, en los emprendimientos la creatividad suele ser una fuente de
diferenciación y factor de éxito.
¿Cómo alentar la creatividad desde el espacio de trabajo?
a) Romper la
monotonía. Trabajar todos los
días en los mismos lugares, con los mismos horarios y rutinas puede entumecer
las habilidades para crear. Cortar los momentos de trabajo con salidas, o
actividades grupales, y proponer variaciones en la forma de trabajar estimula
la creatividad. La implementación de “viernes informales”, trabajo desde el
hogar y horarios flexibles son formas de romper con la rutina.
b) Alentar la
diversión. “La creatividad es
la inteligencia divirtiéndose”, planteó el genio de Albert Einstein. Los
espacios de trabajo deben propiciar cierto grado de diversión, entendida no
solo como entretenimiento sino como diversidad, variedad, caminos diferentes
para hacer las cosas. No se trata necesariamente de pintar la oficina de
colores fluorescentes, realizar fiestas temáticas semanales o sentarse en pufs
en lugar de sillas (aunque todos son recursos válidos), sino de proponer formas
diferentes de actuar y ver las cosas.
c) Estimular los
sentidos. En la ambientación
de los espacios de trabajo suele ponerse el foco en la eficiencia y, a lo sumo,
en el estímulo de la vista (iluminación, colores, cuadros, decoración). Sin
embargo, suele prestarse poca atención a los otros sentidos. Olores, música,
sabores, texturas pueden ayudar a despertar la imaginación sin perder la
productividad.
d) Promover el trabajo
colaborativo. Las mejores ideas
se potencian y alimentan de la interacción con los demás. Islas de trabajo,
mesas de reuniones, oficinas grupales promueven el intercambio en el día a día.
Podés también proponer actividades creativas grupales como la técnica de
brainstorming.
e) Registrar las
ideas. Algunas ideas
parecen tener vida propia y surgir en momentos extraños, para luego desaparecer
de nuestra memoria cuando las necesitamos. Asegúrate de dotar tu espacio de
trabajo con medios variados para tomar nota de las nuevas ideas: cámara de
fotos, anotadores, pizarras, corchos, destacadores, grabadores, archivos
digitales. Revisa tus registros cada vez que necesites inspiración.
f) Poner el cuerpo. La creatividad no ocurre solamente en el mundo abstracto de las ideas.
En muchos casos, la actividad física es la que despierta la imaginación. La
oficina de Red Bull en Londres, por ejemplo, tiene un tobogán para pasar de un
piso al otro; Google propone a sus empleados distraerse en una sala de juegos;
algunos futuristas anticipan que las reuniones tenderán a ser en movimiento:
caminatas en cintas reemplazarán a las estáticas sillas.
g) Aprender en forma
permanente. En su libro "AgilMente", el
biólogo argentino Estanislao Bachrach, explica: “La creatividad puede
expandirse. Hoy la neurociencia es clara: el cerebro aprende hasta el último
día de vida. Tu mente, mediante la aplicación de las técnicas correctas, puede
modificar la anatomía y estructura de tu cerebro”. Promueve, entonces, esta actitud de
aprendizaje en tu equipo y en tí mismo.
h) Basar la diferenciación
en la creatividad. Las pymes pueden
encontrar en sus ideas originales, formas de irrumpir en el mercado y competir
frente a empresas más tradicionales. Como plantea el consultor argentino
Eduardo Kastika: “La clave en creatividad es buscar oportunidades en donde
otros ven problemas, y explorar problemas en espacios en donde otros se sienten
cómodos”.